LA BARCA

En homenaje a San jOSÉ DE CALASANZ QUE VENCIÓ A LAS OLAS.

 

Para llegar a alta mar

aquel velero,sediento

de amor empezó a zarpar-

!No fue benigno el azar!

!No le fue propicio el viento!

 

!Cómo te hiere el chasquido

de alguna ola imprevista!

Mas tu rostro sigue erguido

tu brazo al timón asido

porque el faro ya se avista.

 

Cuántas veces las estrellas

te sorprendieron llorando...

y otras veces se escondían

para dejarte rezar!

 

Bogar bogar y bogar

fue para tí una obsesión

pues para no zozobrar

al prógimo habrás de amar

y ser Jesús tu ilusión

 

Que no hay barca sin timón

ni sin velas hay velero

ni amor sin un "yo te quiero"

que salga de un corazón

humilde,noble y sincero.

 

No hay victoria sin coraje

si no hay tesón en la lucha!

¿Oyes esa voz? escucha

¿No ves que es poco el peonaje

y la mies.ya ves,es mucha?

 

!Rema fuerte ,marinero!

Que no es lo mismo remar

porque te halles prisionero

de la ambición o el dinero

que por AMOR trabajar.

 

Cuando llegó la zozobra

de tu barca en alta mar

tu mente empezó a clamar.

María!! auxilia mi obra

!Falta tanto por andar!

 

Y viste una luz,la suya

que alumbra en todo momento

y se puso en calma el viento

y entonaste un aleluya

por tu barca en movimiento.

 

como fuiste hombre cabal

y de tan humilde ser

de justicia has de entender

que reparta por igual

el premio a vuestro quehacer.

 

Aquí está  vuestro laurel

la mitad es de un lucero

que fue marcando un reguero

de luz en el mar aquel

para orientar el velero

 

Si la mitad es de la estrella

la otra mitad es de Él

pues supo seguir su huella

y de la mano de aquella

!Ser el mejor timonel!!

 

Anoche a tí te recé

y recordé musitando

duerme tranquilo José!!

tus hombres siguen remando

y tu barca sigue en pié!

 

!Que no se ha roto el timón

!que velas tiene el velero

!Arriba Dios el patrón

y aquí está tu corazón

marcando fijo el sendero!!!

A.H.M(.......1997)

Si tu me olvidas

Si Tu Me Olvidas

Quiero que sepas una cosa.
Tu sabes como es esto: si miro la luna
de cristal, la rama roja del lento otoño
en mi ventana, si te toco junto al fuego
la implacable ceniza o el arrugado cuerpo
de la leña. Todo me lleva a ti, como si
todo lo que existe, aromas, luz, metales,
fueran de pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien, si poco a poco dejas de
quererme, dejare de quererte poco a poco.
Si de pronto me olvidas no me busques que
ya te habre olvidado. Si consideras largo
y loco el viento de banderas que pasa por
mi vida y te decides a dejarme a la orilla
del corazon en que tengo raices, piensa que
en ese dia, a esa hora levantare los brazos
y saldran mis raices a buscar otra tierra.

Pero si cada dia cada hora sientes que
a mi estas destinada con dulzura implacable.
Si cada dia sube una flor a tus labios
a buscarme, ay amore mio, ay mia, en ti todo
ese fuego se repite, en mi nada se apaga ni
se olvida, mi amore se nutre de tua amor,
amada, y mientras vivas estara en tus
brazos sin salir de los mios.
Pablo Neruda



PABLO NERUDA (POEMA 20)

 


Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» 

El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 

Y  estos sean los ultimos versos que yo le escribo

.

EL TREN EXPRESO (R.Campoamor)
.
MI CARTA
(Del canto tercero)
.
.
«Mi carta, que es feliz, pues va a buscaros,
cuenta os dará de la memoria mía.
Aquel fantasma soy que, por gustaros,
jugó a estar viva a vuestro lado un día.»
.
Cuando lleve esta carta a vuestro oído
el eco de mi amor y mis dolores,
el cuerpo en que mi espíritu ha vivido
ya durmiendo estará bajo unas flores.»
.
¡Por no dar fin a la ventura mía,
la escribo larga..., casi interminable!...
¡Mi agonía es la bárbara agonía
del que quiere evitar lo inevitable!...»
.
Hundiéndose, al morir, sobre mi frente
el palacio ideal de mi quimera,
de todo mi pasado, solamente
esta pena que os doy borrar quisiera.»
.
Me rebelo a morir, pero es preciso...
¡El triste vive, y el dichoso muere!...
¡Cuando quise morir, Dios no lo quiso;
hoy que quiero vivir, Dios no lo quiere!»
.
¡Os amo, sí! Dejadme que, habladora,
me repita esta voz tan repetida:
que las cosas más íntimas ahora
se escapen de mis labios con mi vida.»
.
Hasta furiosa, a mí, que ya no existo,
la idea de los celos importuna:
¡Juradme que esos ojos que me han visto
nunca el rostro verán de otra ninguna!»
.
Y si aquella mujer de aquella historia
vuelve a formar de nuevo vuestro encanto,
aunque os ame, gemid en mi memoria,
¡Yo os hubiera también amado tanto!»
.
Mas tal vez allá arriba nos veremos,
después de esta existencia pasajera,
cuando los dos, como en el tren, lleguemos
de vuestra vida a la estación postrera.»
.
¡Ya me siento morir!... ¡El cielo os guarde!
Cuidad, siempre que nazca o muera el día,
de mirar al lucero de la tarde,
esa estrella que siempre ha sido mía.»
.
Pues yo desde ella os estaré mirando,
y como el bien con la virtud se labra,
para verme mejor, yo haré rezando
que Dios de par en par el cielo os abra.»
.
¡Nunca olvidéis a esta infeliz amante
que os cita, cuando os deja, para el cielo!
¡Si es verdad que me amasteis un instante,
llorad, porque eso sirve de consuelo!...»
.
¡Oh Padre de las almas pecadoras,
conceded el perdón al alma mía!
¡Amé mucho, Señor, y muchas horas;
mas sufrí por más tiempo todavía!»
.
¡Adiós, adiós! ¡Como hablo delirando,
no sé decir lo que deciros quiero!
¡Yo sólo sé de mí que estoy llorando,
que sufro, que os amaba... y que me muero!»
.
R. de Campoamor

  La soledad.  23-IV-2001.(Francisco Umbral)


Hablo de soledad
porque estoy solo.
Soledad es un pez que nada el tiempo, 
la soledad es una puerta abierta
que da a puertas abiertas 
y vacías. 
No es ausencia de gente el estar solo. 
Es ausencia de mí entre la gente. 
El que no está soy yo, 
y ellos no saben, 
soledad es morirse a cualquier hora 
junto al museo de los medicamentos. 

   Soledad es un agua que no hay, 
un sol que se ha dormido en los cristales, 
silla que no hace juego, 
un hueco en la memoria, 
soledad es un hombre solitario 
que se acerca a mirar las papeleras. 
Hoy me he visto a mí mismo, 
fastuoso de soledad, como un mendigo, 
mirando una lejana papelera 
y sacando un periódico del fondo, 
que es el mismo que lleva en el bolsillo, 
porque lo sacó ayer, y así por siempre. 




HAGAMOS UN TRATO - Mario Benedetti (1920 - 2009).


 
Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted

es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.



SUCESIVA - Gerardo Diego (1896-1987)

 
Déjame acariciarte lentamente
déjame lentamente comprobarte,
ver que eres de verdad, un continuarte
de ti misma a ti misma extensamente.

Onda tras onda irradian de tu frente
y mansamente, apenas sin rizarte,
rompen sus diez espumas al besarte
de tus pies en la playa adolescente.

Así te quiero, fluida y sucesiva,
manantial de tú de ti, agua furtiva,
música para el tacto perezosa.

Así te quiero, en límites pequeños,
aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,
y tu unidad después, luz de mis sueños.



Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo frenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar;
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas ... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
ésas ... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de sus profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate
así ... ¡no te querrán!




Federico García Lorca (1898-1936)

El poeta pide a su amor que le escriba


Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.

 



Antonio Machado (1875-1839)

Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.

Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!...
Vive, esperanza ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!